¿Estás ofendido? Esta es la pregunta que muchos Evangélicos están haciendo ante la salida a luz del reciente documento hecho por el Vaticano. El documento declara que la Iglesia Católica Romana es la única iglesia verdadera ó en otras palabras que el Vaticano prefiere usar, la única forma institucional en la cual la Iglesia de Cristo subsiste.
No, no estoy ofendido. En primer lugar, no estoy ofendido porque este no es un tema en el cual las emociones deban tomar un rol principal. Este es una cuestión teológica, y nuestra respuesta debe ser teológica, no emocional. Segundo, no estoy ofendido porque no estoy sorprendido. Nadie que este familiarizado con las declaraciones de Magisterio Católico Romano debería sorprenderse por esta incursión. Estas no son noticias nuevas en ningún sentido genuino. Esto es nuevo solamente en el actual contexto de las declaraciones del Vaticano y las relaciones ecuménicas. Tercero, no estoy ofendido porque este nuevo documento trae la atención sobre el tema crucial de la eclesiología, y esto nos presenta una oportunidad.
El documento Vaticano es muy breve, de hecho tan solo unos pocos párrafos. Su título oficial es “Respuestas a algunas preguntas concernientes a Ciertos Aspectos de la Doctrina de la Iglesia” y fue hecho público por la Congregación para la Doctrina de la Fe del Vaticano el 29 de junio de este año. Aunque muchos medios de comunicación han identificado el documento como una declaración del Papa Benedicto XVI, en realidad es una declaración de la Congregación para la Doctrina de la Fe que finalmente fue aprobada para su publicación por el Papa (quien, como Cardenal Ratzinger, encabezó esta Congregación antes de asumir el papado).
El documento clama una legitimidad única para la Iglesia Católica Romana como la iglesia establecida por Cristo. El documento alega esta identidad sobre el clamor de la sucesión apostólica centrada en el papado mismo. Como el documento declara, “Esta Iglesia, constituida y organizada en este mundo como una sociedad, subsiste en la Iglesia Católica, gobernada por el sucesor de Pedro y los Obispos en comunión con él.”
En caso de que alguno malentienda el punto, entonces el documento da un reconocimiento a las iglesias Ortodoxas Orientales quienes alegan un clamor por la sucesión apostólica, y por lo tanto son referidas por el Vaticano como “Iglesias”. Así también las iglesias que en cualquier forma nacieron de la Reforma-ellas no son iglesias del todo, únicamente “comunidades eclesiales”
Mira esto:
De acuerdo a la doctrina Católica, estas Comunidades no gozan de la sucesión apostólica en las Ordenes de los sacramentos, y son, por lo tanto, privadas de un elemento constitutivo de la Iglesia. Estas Comunidades eclesiales, las cuales específicamente por causa de la ausencia del sacramento sacerdotal, no han preservado la sustancia integra y genuina del Misterio de la Eucaristía, no pueden, de acuerdo a la doctrina Católica, ser llamadas “Iglesias” en el sentido preciso.
El Papa Benedicto ya estaba en el ojo del huracán con los medios de comunicación por causa de su reciente decisión respecto a la (limitada) reinstitución de la misa en Latín, completándolo con un llamado para la conversión de los judíos. Él probablemente no sea llamado el “Ecuménico del Año” en ninguna manera. Esta última controversia solamente añade a los medios la impresión de grandes cambios en el Vaticano bajo su actual papado.
Ciertamente ha habido cambios. Benedicto es verdaderamente un teólogo doctrinal, mientras su popular predecesor, el Papa Juan Pablo II, fue más un filosofo por su entrenamiento académico. Aquellos familiarizados con el papa actual saben de su frustración con la tendencia de los teólogos Católicos liberales y de las personas laicas que insisten que el Segundo Concilio Vaticano (conocido popularmente como “Vaticano II”) representa un cambio enorme (por lo que se dejó) en la doctrina Católica. No es así, insistía el Cardenal Ratzinger como cabeza de la Congregación para la Defensa de la Fe. Ahora, como Papa, Benedicto está en una posición para dar forma a su argumento dentro de la política universal de su iglesia. El Vaticano II, él insiste, representa únicamente una profundización y reaplicación de la incambiable doctrina Católica.
Los evangélicos deberían apreciar la franqueza reflejada en este documento. No hay aquí esfuerzo para confundir los temas. Por el contrario, el documento, intenta pintar su raya. La Iglesia Católica Romana no niega que Cristo este trabajando de manera redentora a través de las iglesias protestantes y evangélicas, pero niega que estas iglesias las cuales rechazan la autoridad del papado sean verdaderas iglesias en el sentido estricto.
Aprecio la claridad del documento en este tema. Todo viene a caer por este- el clamor de la Iglesia Católica Romana de la primacía del Obispo de Roma y el Papa como el monarca de la iglesia es el tema crucial. Católicos Romanos y Evangélicos deberían juntos reconocer la importancia de este clamor. Debemos juntos comprender y admitir que este es un tema digno de división. La Iglesia Católica Romana esta dispuesta a ir tan lejos como pueda para asegurar que cualquier iglesia que niega el papado no es la verdadera iglesia. Los Evangélicos deberíamos con igual franqueza declarar que cualquier iglesia definida por los clamores del papado no es la verdadera iglesia. Este no es un juego teológico para niños, este es un honesto reconocimiento de la importancia de la cuestión.
Los Reformadores y sus herederos pusieron sus vidas en el filo de la navaja para hacer frente a este clamor. En esta era de confusión y debilidad teológica a menudo olvidamos que este fue uno de los temas cruciales de la Reforma misma. Tanto los Reformadores y la Iglesia Católica Romana alegaron el clamor de ser la verdadera iglesia- y ambos revelaron sus convicciones más esenciales al hacer su argumento. Tanto Martín Lutero como Juan Calvino hicieron claro, que la primera marca de la Iglesia verdadera es el ministerio de la Palabra-la predicación del Evangelio. Los Reformadores acusaron a la Iglesia Católica Romana por fallar en exhibir esta marca, por lo tanto fallaba al ser una verdadera Iglesia. La Iglesia Católica les regreso el favor, definiendo la iglesia en términos del papado y la autoridad magisterial. Aquellos clamores no han cambiado.
También aprecio la preocupación espiritual reflejada en este documento. El juego peligroso, artificial y muerto de la confusión ecuménica ha oscurecido los temas de suma importancia para las almas. Yo verdaderamente creo que el Papa Benedicto y la Congregación para la Doctrina de la Fe están preocupados por nuestras almas evangélicas y por nuestras congregaciones evangélicas. El Papa Benedicto no está jugando un juego. Él no esta afirmando un clamor de primacía sobre el parque de diversiones. Él, junto con el Magisterium de su iglesia, cree que las iglesias protestantes están gravemente defectuosas y que nuestras almas están en peligro. Su teología sacramental juega un gran rol en su preocupación, porque el cree y enseña que una iglesia sin sumisión al papado no tiene la garantía de la eficacia de los sacramentos. (Este punto, por otro lado, explica porque las iglesias protestantes que claman por la teología sacramental están más preocupadas acerca de esta declaración del Vaticano-esta niega la validez básica de sus sacramentos.)
De verdad, aprecio la preocupación del Papa. Si él esta correcto, nosotros estamos poniendo en peligro nuestras almas y las almas de los miembros de nuestras iglesias. Oh claro, estoy convencido que él no está en lo correcto-no esta en lo correcto sobre el papado, no está en lo correcto sobre los sacramentos, no está en lo correcto sobre el sacerdocio, no está en lo correcto sobre el Evangelio, no está en lo correcto sobre la iglesia.
La Iglesia Católica Romana cree que estamos en un peligro espiritual por obstinación y desobediencia excluyéndonos a nosotros mismos de la sumisión a sus clamores universales y a su papado. Los Evangélicos deberíamos estar preocupados porque los Católicos están en un peligro espiritual por su sumisión a estos asombrosos clamores. Ambos debemos entender lo que está en juego.
El Rev. Mark Hanson, Obispo presidente de la Iglesia Evangélica Luterana en América, respondió a la prensa diciendo que los clamores exclusivos del Vaticano son “problemáticos”. El también dijo, “que lo que ha sido destinado para clarificar ha causado dolor”
Dejo al Obispo Hanson explicar su dolor. No veo esta nueva declaración Vaticana como una innovación o insulto. Veo esto como una clarificación y una demarcación útil de los temas que están en juego.
Aprecio la franqueza de la Iglesia Católica Romana sobre este tema, y creo que los Cristianos Evangélicos, con igual respeto y claridad deberíamos responder en mansedumbre. Este es el tiempo para ser francamente respetuosos-no un tiempo para estar ofendidos.
Dr. Albert Mohler, Jr., sirve como el noveno presidente del Seminario Teológico Bautista del Sur- la escuela líder de la Convención Bautista del Sur y uno de los más grandes seminarios en el mundo.
El Dr. Mohler ha sido reconocido por publicaciones de influencia tales como Time y Christianity Today como un líder entre los evangélicos Americanos. De hecho Time.com le llamo el “príncipe intelectual del movimiento evangélico en los Estados Unidos.”
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